Por fin un dorsal en mi pecho |
La batalla contra mi maldita lesión aún no ha finalizado pero al menos he mejorado lo suficiente para poder correr con asiduidad. Os hablaré del proceso de recuperación en una próxima entrada.
El domingo pasado fue un día especial, por primera vez en 2015 he sido capaz de ponerme un dorsal. No para competir a mi nivel (que ahora mismo es paupérrimo) pero sí para disfrutar de nuevo del ambiente de las carreras.
El evento fue el Trofeo José Cano, la de Canillejas de toda la vida. Siempre me gusta empezar la temporada en esta carrera. De hecho, he estado allí los últimos cinco años (2011, 2012, 2013 y 2014).
La organización de la prueba es correcta, pero otro año más he notado que es un carrera en decadencia en lo referente a su popularidad entre los corredores madrileños. Menos participación, siendo posible inscribirse la misma mañana del evento. A mí personalmente no me desagrada, el circuito me gusta y prefiero disfrutarlo con cuanta menos gente mejor. El tiempo acompañó, día fresco pero soleado, perfecto para correr.
Bolsa del corredor (Canillejas 2015) |
Los kilómetros acumulados desde el verano por su parte han dado su fruto en forma de marca personal en un carrera muy bien corrida, de menos a más, sin quemarse en las cuestas de Arcentales y llegando con mucha fuerza a los 3 kilómetros finales, que salieron holgadamente por debajo de los 5 min/km.
Resultado final: marca personal de siempre con casi sub 52. Mi padre ayer cumplió 64 años, no está nada nada mal. Yo desde luego firmo estar dentro de 30 años en condiciones y con ilusión de seguir dándole a la zapatilla.
Liebreando a mi padre |
Vídeos gentileza de Corriendovoy
Fotos de acción gentileza de Eduardo Sáez, edutri3
0 comentarios:
Publicar un comentario